viernes, 12 de marzo de 2010

Cuento: "Materisto" por Flopy -10 años-

Esta historia se desarrolla en una ciudad en la que habìa mucho color y movimiento, y su gente era muy alegre.

Entre las calles Merly y Bombo, en un taller de arte para niños, todas las mañanas, la tallerista del lugar, a la hora de prepararse el mate, notaba la falta de yerba, inexplicable, ya que vivìa sola, ¿què pasaba con la yerba?.

Una de sus alumnas, Flopy, estaba creando un gran monstruo, bueno y amigable, en el que trabajaba muy de vez en cuando, ya que priorizaban otros temas. Por lo que, Materisto, el monstruo, iba teniendo ¡su buen tiempo de gestaciòn!.

Pero...lo que Flopy aùn no sabìa era que su monstruo ya tenìa vida propia, sin que se supiera jamàs còmo explicar semejante hecho. Asì era que èl, haciendo honor a su nombre, solìa por las noches tomar mucho mate, ya que ello le daba cada vez màs energìa.

Como veìa pasar las semanas y Flopy no trabajaba en èl, una noche de tormenta, que es muy raro de ver en esta ciudad..., Materisto decidiò escaparse e ir a pedirle a Flopy, que por favor, termine de darle forma.

Flopy, que dormìa plàcidamente, de pronto despertò ante el estallido de un fuerte trueno, y fue cuando entre los destellos de los relàmpagos viò la figura recortada de Materisto. Solo pudo emitir un grito ahogado...

Repuesta del susto pero no del asombro, escuchò una voz grave que salìa de Materisto, pidièndole que le brinde màs tiempo, reclamàndole màs atenciòn, y dando abiertamente, demostraciones de celos, le pidiò que deje de hacer tantos trabajos y se ocupe de èl.

Por esa noche Flopy ya no pudo conciliar el sueño. Su cabecita daba vueltas y vueltas confundida y aterrada por todo lo acontecido.

Al dìa siguiente Flopy tenìa taller.

Antes de saludar, lo primero que hizo fue acercarse a Materisto..., èste estaba tal cual lo habìa dejado la clase anterior, a simple vista, nada parecìa haber sucedido.

Flopy, excitadìsima comienza a contarle a su tallerista todo lo que habìa vivido durante la noche.
La tallerista la escuchaba con atenciòn y la observaba con mucha ternura. Al terminar el relato, con una sonrisa le dijo: "Flopy, què imaginaciòn..., ¡podrìamos hacer un cuento!".
Y ahì fue cuando Materisto se hizo presente. Se colocò frente a ellas y con su vocesita grave les dijo: "¿Por què un cuento, si soy real?".
Flopy y su tallerista, del asombro, no podìan abrir màs grandes sus bocas.
La tallerista...cayò desmayada. Flopy, anonadada e inmovilizada, parecìa clavada en el lugar.
Materisto al verlas exclamò: "¿Què...acaso soy un monstruo?".

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