lunes, 11 de junio de 2012

LA INSTALACIÓN

Muchas, muchas charlas con Caro sobre la vida, el sentido y el sin sentido, sobre cómo vivimos, sobre la muerte, charlas con muuuchas preguntas las que a veces no tenían respuestas y otras en que éstas no alcanzaban, dieron lugar a esta obra.
No voy a hablar mucho sobre ella, sus propias palabras son más que elocuentes.
Conmueve profundamente (pero no sorprende en Caro) como con solo 16 años logra expresar tan cabalmente entrañables enigmas del Hombre.




La Instalación tenía un recorrido.
Primero el espectador se encontraba con una gran tela blanca que pendía de la pared y caía al piso muy al descuido (y dejaba en el observador una mirada interrogante como "frente al sin sentido")


En segundo lugar uno se hallaba frente a una caja negra amurada a la pared.
















Esa caja negra contenía distintas cosas como símbolos de distintas religiones, cheques, marcas de autos, de distintos productos de consumo, entre otras.














El espectador podía sacar alguna de esas cosas y llevárselas. 


















En la siguiente parada se podían observar fotos pegadas en la pared que hablaban de distintas situaciones de la vida actual.
Estas fotos se veían algunas más veladas que otras, a través de un tul.






















Por último, sobre una mesa, estaban los cartones, los que Caro pintó uno a uno y al dorso de ellos pegó el relato que ella misma escribió y que el espectador podía retirar.


















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