domingo, 10 de junio de 2012



Tres esculturas de David.
Una con materiales de descarte, ¡muy buena idea!. 
Otra de pequeño formato realizada en porcelana fría en la que indagó en el volumen muy bien logrado en este caballo, y en la compleja postura.
La tercera, con cartón y cartapesta de la que nació un cuento


"Los problemas de Melquíades"

Me llamo Melquíades. Vivo en una selva donde hay muchos cazadores. Un día caminando me agarró un cazador y me llevó al zoológico. En el zoo había muchas personas que me miraban y cuando quería comer un bocadillo me daba un porrazo contra el cristal.
Me alimentaban con carne pero no como la que comía en la selva.
Cuando no hacía nada, entraba el veterinario y yo decía "Ahora sí que me puedo comer un bocadillo", pero cuando iba a saltar para comérmelo un señor me disparaba un dardo tranquilizante.
Un miércoles por la tarde no quería levantarme. Cuando entró el veterinario no lo ataqué, entonces dijo: "Mejor lo soltamos porque sino se puede morir de sufrimiento". Pero otro hombre dijo: "No, no lo soltemos, primero hay que adaptarlo a su hábitat natural".
Al otro día me empezaron a dar un ciervo vivo suelto. Yo no entendí para qué, pero cuando sentí hambre me dieron ganas de comérmelo. Lo empecé a perseguir pero él iba muy rápido. Cuando me cansé dije "Mejor espero a que me den la comida". Esperé una hora, dos horas, tres horas, y me dí cuenta que esa era mi comida. Entonces lo perseguí y lo perseguí hasta que me lo comí.
Al otro día me dieron de nuevo un ciervo, pero esta vez un cazador me lo quería arrebatar. Usé mis rayas para esconderme detrás de las plantas. Al no verme el cazador, le arrebaté el ciervo.
Al día siguiente vinieron aproximadamente veinte cazadores con trampas para arrebatarme el ciervo. Usé de nuevo mis rayas para ponerme detrás de algunas plantas así los cazadores no me veían, pero casi me agarra una trampa, entonces las fui esquivando a todas y así pude comer mi ciervo.
Al otro día me agarraron y me pusieron en un camión verde. Me llevaron hasta el puerto. De ahí me transportaron a arriba del barco.
Tardé muchos días hasta llegar a África.
Me volvieron a poner en mi casa.
Estuve años en la selva hasta que me agarraron unos cazadores y me llevaron a un Zoo.
Ahí me hicieron nuevamente todo el proceso, y hoy, estoy otra vez acá, en la selva.
Nadie sabe si va a pasar nuevamente después de llevarme dos veces al Zoo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario