En su 3º año en Baraka Chechu creció notablemente tanto en dibujo como en pintura.
Este es una excelente pintura donde indagó en una composición con figuras texturadas y fondo liso. La expresividad que logra en la actitud de ese pájaro ¡es genial!. Y... dió lugar a un cuento.
"ROJIZO"
Había una vez un pajarito que se llamaba Rojizo. Tenía plumas de muchos colores cálidos, rojo, rojo obscuro, naranja, amarillo y también marrón.
Era mediano, con piernas cortitas, cola larga y cabezón.
Rojizo era muy presumido y mentiroso, siempre decía que iba a hacer algo más tarde y al final no lo hacía, por ejemplo cuando decía que iba a ayudar a una pajarita en problemas y en vez de hacerlo se iba volando a su nido.
Un día un pájaro fuerte lo retó a una competencia y él aceptó en frente de toda la bandada, haciéndose el agrandado.
La competencia se trataba de ser el más amable, de no mentir y de cumplir con las promesas. El que lo realizaba durante tres días era el ganador de un mejor nido y de una hoja muy grande llena de miguitas.
Durante el primer día se preocupó mucho porque se dio cuenta de que nunca hacía nada de lo que se le pedía en la competencia, entonces se decidió a cambiar.
Después de pensarlo se paró y fue a ver a una pajarita, la más buena del lugar, para preguntarle cómo podía aprender a ser mejor pájaro.
Sin duda, ella le ayudó dándole pistas que él tenía que seguir.
Al principio le costó, pero cuando las entendió cambió algo dentro de él.
Empezó a ser bueno y fiel todo el tiempo y el día de la competencia todos se sorprendieron al ver cómo se había transformado y por eso todo el público dijo que Rojizo era el ganador.
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